La Curva del Olvido de Ebbinghaus

La Curva del Olvido de Ebbinghaus

Juan Gabriel Gomila Juan Gabriel Gomila
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Olvidar puede ser exasperante, sobre todo cuando intentas aprender una nueva habilidad o absorber información vital. Cuando no puedes recordar los conocimientos que necesitas, el estrés puede aumentar y tu confianza puede verse afectada. Incluso puede hacerte perder el tiempo, desaprovechar oportunidades y cometer errores costosos. De hecho, el estudio de la Curva del Olvido puede ayudarte a ser más productivo en todos estos aspectos.

Es por eso que cuando entiendes por qué olvidas, puedes tomar medidas para evitarlo y asegurarte de que lo que aprendes, ¡se queda!

En este artículo, exploramos la Curva del Olvido de Ebbinghaus, un modelo duradero que demuestra cómo se pierden los recuerdos con el tiempo y qué podemos hacer para reforzar las cosas que aprendemos, de modo que podamos recordarlas con mayor eficacia.

¿Qué es la Curva del Olvido?

El psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus quería comprender mejor por qué olvidamos las cosas y cómo evitarlo. Su investigación dio lugar a la Curva del Olvido, una representación visual de la forma en que la información aprendida se desvanece con el tiempo (véase la figura 1, abajo). [1]

Ebbinghaus experimentó con su propia capacidad de recordar utilizando una lista de sílabas sin sentido, que intentó recordar tras distintos periodos de tiempo. Sus experiencias y resultados revelaron una serie de aspectos clave de la memoria:

  • Los recuerdos se debilitan con el tiempo. Si aprendemos algo nuevo, pero luego no intentamos volver a aprender esa información, recordamos cada vez menos a medida que pasan las horas, los días y las semanas.
  • La mayor caída de la retención se produce poco después del aprendizaje. Esto se refleja en la pronunciada caída al principio de la Curva del Olvido (ver figura 1). Sin repasar o reforzar nuestro aprendizaje, nuestra capacidad para retener la información cae en picado. Por ejemplo, puedes salir de un seminario web o de una reunión con la cabeza llena de nuevos datos y cifras, sólo para descubrir que puedes recordar muy poco de ello horas más tarde.
  • Es más fácil recordar cosas que tienen significado. Las cosas con poco o ningún significado (como las sílabas sin sentido que Ebbinghaus intentó aprender) se ajustan más a la Curva del Olvido. Así que, por ejemplo, si estás escuchando una charla sobre un tema que realmente no entiendes o que te interesa poco, es probable que la olvides más rápidamente que si tratara de un tema que te resultara realmente atractivo o apasionante.
  • La forma en que se presenta algo afecta al aprendizaje. El mismo conjunto de información puede hacerse más o menos memorable, dependiendo de lo bien que se comunique. Es probable que te resulte más fácil recordar algo que se ha organizado de forma lógica y se ha presentado con claridad. Pero es muy posible que olvides esa lista de la compra desordenada y garabateada.
  • Cómo te sientes afecta a lo bien que recuerdas. Ebbinghaus creía que los factores fisiológicos, como el estrés y el sueño, desempeñan un papel importante en lo bien que retenemos la información. Muchas personas experimentan esto como un círculo vicioso: sienten estrés, lo que hace más difícil recordar, creando aún más estrés. También hay pruebas sólidas que sugieren que el sueño puede ayudar a nuestro cerebro a clasificar y almacenar la información. [2]

Figura 1 - La curva del olvido

Curva del olvido

Nota:

La investigación de Ebbinghaus se remonta a la década de 1880, pero sigue siendo ampliamente utilizada y goza de gran prestigio. En 2015, un equipo de investigación reprodujo con éxito sus hallazgos y llegó a la conclusión de que sus métodos y teorías seguían siendo válidos. [3]

La importancia de no olvidar

La memoria es importante para nuestra supervivencia. Nuestros cerebros son buenos almacenando información que nos ayuda a evitar daños físicos o psicológicos.

Somos especialmente buenos recordando las cosas que necesitamos saber, detalles que son de vital importancia para nuestra supervivencia. Por ejemplo, los alimentos que debemos evitar, los caminos o zonas a los que debemos ceñirnos y las personas que son importantes en nuestra vida. También tendemos a recordar durante más tiempo las experiencias que desencadenan emociones poderosas, como la sorpresa, el miedo, el éxito o el alivio.

Pero esto significa que muchas de las cosas que queremos aprender (o que otros necesitan que sepamos) pueden desaparecer de nuestra memoria con demasiada facilidad.

¡Aquí es donde entra en juego la Curva del Olvido!

Nota:

Algunos aspectos de la memoria pueden cambiar con la edad. Tu memoria a corto plazo puede parecer más débil, por ejemplo, y puede ser más difícil aprender cosas completamente nuevas. Pero el trabajo de Ebbinghaus demostró que unas estrategias sensatas y un buen autocuidado pueden ayudar a mantener fuerte tu memoria.

Aparte del envejecimiento, hay otros factores físicos y mentales que pueden alterar tu forma de pensar y aprender. Si alguna vez te preocupa un cambio en tu memoria, asegúrate de acudir al médico.

Cómo evitar los olvidos y potenciar la memoria

Resulta tentador pensar que el trabajo de Ebbinghaus pinta un panorama sombrío del aprendizaje. Pero no todo es negativo. De hecho, su investigación puso de relieve varias cosas que podemos hacer para retener la información durante más tiempo. En esta sección, veremos cuatro estrategias que puedes utilizar para mejorar tu poder de recuerdo:

1. Utiliza el «aprendizaje espaciado»

El descubrimiento más importante que hizo Ebbinghaus fue que, repasando la información nueva en momentos clave de la Curva del Olvido, ¡puedes reducir la velocidad a la que la olvidas!

Este enfoque suele denominarse «aprendizaje espaciado» o «práctica distributiva». [4] (Véase la figura 2, más abajo).

Figura 2 - Utilizar el aprendizaje espaciado para combatir la curva del olvido

Curva del olvido 2

Aunque nuestra memoria se desvanece rápidamente, una sesión de repaso poco después del aprendizaje original puede mejorarla. Esta sesión debe tener lugar cuando el recuerdo haya decaído significativamente, pero no tanto como para que tengas que volver a empezar.

Repasar y refrescar la información con regularidad detiene la Curva del Olvido. (En la figura 2, la parte punteada de cada curva muestra lo que probablemente ocurriría de otro modo). Y, aunque el olvido vuelve a empezar después de cada sesión de repaso, es más lento que antes. Por eso cada nueva curva mostrada en la figura 2 es menos profunda que la anterior.

Los intervalos entre tus sesiones de repaso pueden ser más largos a medida que pasa el tiempo. Así, puedes refrescar lo aprendido en una clase al día siguiente, dos días después, una semana después, 30 días después... ¡y seguirás sabiendo toda la información clave un mes después! Repasar la información de este modo, en puntos estratégicos después de haberla aprendido originalmente, ampliará tu memoria y reforzará los recuerdos codificados en tu cerebro. También descubrirás las lagunas en las que necesitas centrarte y volver a aprender, si es necesario.

Toma nota:

El tiempo y el espacio exactos que dediques a tus sesiones de repaso dependerán de varios factores: el tipo de material que estés aprendiendo, la cantidad de detalles que necesites conocer y el tiempo que quieras mantenerlo fresco en tu mente. Y, si otra información te interrumpe o distrae, es probable que tengas que esforzarte más para mantener firme tu aprendizaje.

2. Sobreaprende

Otra estrategia que exploró Ebbinghaus fue el «sobreaprendizaje», es decir, esforzarse más de lo normal cuando aprendes algo. Descubrió que hacer esto mejoraba la retención y ralentizaba la pronunciada caída que se observa en la Curva del Olvido.

También señaló que, utilizando determinadas estrategias de memoria, podemos mejorar nuestras posibilidades de retener incluso la información difícil de aprender.

3. Haz que la información tenga sentido

Haz todo lo que puedas para que el material que necesitas aprender sea claro, relevante y útil, y establece una razón de peso para retenerlo. Cuanto más sepas cómo te beneficiará algo a largo plazo, más probable será que tu memoria le dé prioridad.

Reducir las distracciones y otras exigencias -lo que se conoce como tu «carga cognitiva»- también debería ayudar en este sentido.

4. Sigue desafiando a tu memoria

Si llegas a revisar alguna información y descubres lagunas en tu memoria, ¡no desesperes! Éste es el momento más productivo para ampliar tu memoria. El aprendizaje realizado en este momento será mucho más fuerte debido al reto mental que supone.

Si impartes aprendizaje o información a un público, o impartes formación, hazlo lo más interactivo posible. Incluso el simple hecho de hacer preguntas animará a la gente a ordenar y reforzar la información en su mente.

Puntos clave

La Curva del Olvido, o Curva de Ebbinghaus del Olvido, es un influyente modelo de memoria. Muestra cómo la información aprendida desaparece de nuestra memoria con el tiempo, a menos que actuemos para mantenerla allí.

La caída más pronunciada de la memoria se produce rápidamente tras el aprendizaje, por lo que es importante revisar la información que has aprendido cuanto antes. Después, los repasos regulares ayudarán a reforzarla. Pero puedes dejar intervalos cada vez más largos entre estas sesiones de repaso. Esto se conoce como «aprendizaje espaciado».

Hacer esto te ayudará a reforzar tu aprendizaje y a mejorar tu capacidad de recuerdo, para que puedas recordar lo que has aprendido a largo plazo. Otras estrategias que puedes utilizar para mejorar tu memoria son: sobreaprender información, hacer que lo que quieres aprender tenga sentido y desafiar a tu memoria con regularidad.


Referencias

[1] Ebbinghaus, H. (1885). Memoria: Una contribución a la psicología experimental', Nueva York: Dover. Disponible aquí.

[2] Rasch, B., y Born, J. (2013). Sobre el papel del sueño en la memoria', Physiological Reviews, 93(2), 681-766. Disponible aquí.

[3] Murre, J. M. y Dros, J. (2015). Replicación y análisis de la curva del olvido de Ebbinghaus', PloS one, 10(7). Disponible aquí.

[4] Cepeda, N., Pashler, H., et al. (2006). Práctica distribuida en tareas de recuerdo verbal: A Review and Quantitative Synthesis,' Psychological Bulletin[en línea]. Disponible aquí.

Traducción del artículo original de Mind Tools, disponible en: https://www.mindtools.com/a9wjrjw/ebbinghauss-forgetting-curve

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