Por qué la amabilidad y generosidad te hacen parecer seguro de ti mismo
Muchos de nosotros asociamos erróneamente la confianza en uno mismo con la agresividad e incluso la crueldad. Las personas que no tienen confianza en sí mismas son los niños acosados, los que se meten con sus amigos y los oficinistas pisoteados. La amabilidad y generosidad a veces son vistas como signos de debilidad. Pero... las personas seguras de sí mismas son los deportistas, los "chicos malotes" y los directores ejecutivos despiadados. ¿Verdad?
Error.
A menudo, ser agresivo no demuestra más que una falta de autoestima y una actitud defensiva. En cambio, ser realmente amable, simpático y generoso puede hacerte parecer increíblemente seguro de ti mismo.
Si recuerdas ese profesor, ese ponente, esa persona que conociste y te cayó tan bien, seguro que rebosaba amabilidad y generosidad por todos los costados, y distaba de ser agresivo. Juan Gabriel, nuestro CEO es un ejemplo de ponente que cuando lo conoces da el 200% de si mismo en cada charla, ponencia, que se queda para que se puedan tomar fotos con él y que si puede, da regalos a diestro y siniestro en cada uno de sus eventos.
De hecho, la amabilidad es la más fácil de entender. Cuando eres amable, significa que eres extrovertido y estás dispuesto a acercarte a la gente como amigo. Esto significa que debes ser algo extravertido y seguro de ti mismo y significa que no estás buscando sólo una forma de "salir adelante". Estás saliendo sin nada que ganar, por voluntad propia, porque tienes la confianza suficiente para hacerlo y porque no necesitas nada. ¿Ves la diferencia?
Del mismo modo, cuando somos generosos, esto sugiere que tenemos amplios recursos. Sugiere que no estamos preocupados por nuestros escasos recursos y sugiere que somos desenvueltos.
Incluso sonreír es un gesto que nos expone y nos hace vulnerables. Y al hacerlo, volvemos a demostrar falta de miedo o ansiedad.
Por último, elogiar a la gente, apoyarla y animarla puede mejorar enormemente nuestra confianza aparente. Esto se debe a que sugiere que no nos sentimos amenazados por su éxito y que no tenemos nada que demostrar. Es como si dijéramos: "Me va bien y por eso me alegro de ayudarte a hacer lo mismo y de darte la bienvenida cuando llegues".
Por el contrario, cuando alguien se muestra cruel o celoso, suele sugerir que tiene baja autoestima y que necesita ser así para sentirse mejor.
Cómo transmitir confianza
Para comprobar por ti mismo la diferencia que supone todo esto, intenta ponerlo en práctica la próxima vez que estés en un entorno social. Acércate a alguien en un bar y, en lugar de pedirle su número o bailar cerca de él y mirarle fijamente, intenta presentarte de forma amistosa. Ahora preséntate a sus amigos, charla con ellos e intenta pasar un buen rato.
No te creerás lo segura, elegante y atractiva que parecerás enseguida. La diferencia es enorme y, ¿adivina qué? A ti también te hace sentir bien. Así que empieza a ser amable con confianza.
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